El que intenta, a veces falla. El que abandona, falla siempre. El que lo sigue intentando, tiene la posibilidad de conseguirlo. El que abandona constantemente, perece. La única diferencia es que el que falla es porque lo ha intentado, mientras que el que perece nunca lo intentó por miedo a perder, pero no puedes perder nada si no tienes nada. Arriesgarte es tener algo a lo que agarrarte. Y es que si se quiere algo de corazón no hay que dejar de luchar ni de intentarlo porque si no tus esperanzas morirán poco a poco con el abandono. Y sobretodo, no lo sueltes nunca, mantenlo a salvo y agárralo.

"No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande. Es su honestidad, su decencia, su amabilidad. Cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe.  Una persona es grande cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de ella, sino de acuerdo con lo que espera de sí misma... Algunas personas tienen valor, otras tienen precio."

“Aunque sé que las personas estamos en constante evolución, me parece increíble la manera en como ha cambiado mi manera de tomarme las cosas o enfrentarme a ellas. Si uno quiere ser feliz, lo es. Me alegro de haber tenido las cosas más difíciles que el resto en muchas ocasiones, porque al final es lo que hace que te acostumbres a luchar. No hay nada que pueda conseguirse sin esfuerzo, y si lo hay, me parece imposible que cause en quien lo logra plena felicidad o satisfacción. Y en mí últimamente todo lo causa. Me siento feliz y satisfecha. Me siento capaz de cualquier cosa.”