"No es
la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título o mucho dinero lo que convierte
a una persona en grande. Es su honestidad, su decencia, su amabilidad. Cuando
habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y
respeto, cuando mira a los ojos y sonríe. Una persona es grande cuando comprende, cuando
se coloca en el lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de
ella, sino de acuerdo con lo que espera de sí misma... Algunas personas tienen
valor, otras tienen precio."